Antecedentes
Es un hecho, uno de los responsables de que los niños desarrollen gusto y pasión por los autos, es Hot Wheels. La filial de Mattel inició su legado en 1968 cuando sacó al mercado su primera colección de 16 modelos escala 1:64, uno de ellos, el Custom Camaro Spectraflame, en el que está basado el juguete que probamos en esta ocasión.
En 2011, en el marco del SEMA Show se presentó un Camaro personalizado por Hot Wheels y el recibimiento fue tan positivo que un año más tarde se presentó el Chevrolet Camaro Hot Wheels basado en la variante SS.
Aunque no hay modificaciones mecánicas, el Camaro Hot Wheels incorpora variaciones estéticas que lo diferencian de sus hermanos, adicionalmente se trata de una edición muy limitada, por lo que solo hay 100 unidades para nuestro mercado.
Características técnicas y mecánicas
Como ya comentábamos anteriormente, el Camaro Hot Wheels está basado en el SS, por lo que emplea el motor V8 de 6.2 litros que entrega 400 hp y 410 lb-pie de torque que se acopla a una transmisión automática de seis velocidades con modo manual y paletas de cambio en el volante.
Por lo que hace a la seguridad, equipa 6 bolsas de aire, frenos ABS, control de estabilidad, monitor de presión de neumáticos y anclajes para sillas de bebé LATCH.
Lo que hace a este muscle car, un Hot Wheels es la pintura especial Kinetic Blue, franja negra en el centro del vehículo que recorre del cofre hasta la cajuela, pasando por el toldo, unos rines negros de 20 pulgadas, emblemas Hot Wheels en costados y una parrilla negra también con elementos en rojo.
Confort
En el interior, encontramos asientos forrados en cuero color negro con costuras en rojo y todo el equipamiento necesario. Destaca la pantalla táctil de 7 pulgadas con sistema MyLink que controla las funciones del equipo de audio, interfaz con el teléfono móvil, navegador, etc. La adición de este display al interior del Camaro es sin duda una buena noticia, ya que le confiere un aspecto mucho más moderno, al tiempo que le permite al Muscle Car de Chevrolet despegarse de Mustang y Challenger que no ofrecen (en México) pantalla y navegador.
Un detalle que se agradece de los productos de gama alta del gigante de Detroit es el Head Up Display, que evidentemente está presente en este Camaro Hot Wheels, de alguna manera nos hace sentir como si estuviéramos al volante de un Avión de Combate, un Gundam o algo así.
La cabina también cuenta con detalles distintivos de la edición especial Hot Wheels, a las ya mencionadas costuras rojas se agregan emblemas de la marca de cochecitos a escala cosidos en los respaldos de los asientos delanteros, en el volante y en los estribos.
Manejo
Tras el volante esta edición especial Hot Wheels, no se comporta distinto de lo que ya conocíamos en otros Camaro SS, algo que no es de sorprender, toda vez que como ya habíamos mencionado, no presenta modificaciones mecánicas.
La calidad de marcha es en términos generales buena aunque es importante tener en mente que se trata de un auto deportivo y por lo tanto la suspensión es dura, la posición de manejo es baja y la visibilidad es mala, esto último definitivamente es un inconveniente cuando se trata de cambiar de carril, estacionarse o simplemente moverse en el tránsito citadino.
Cuando le exigimos un poco más, el rugido del V8 se hace presente y es entonces cuando el Camaro logra transmitir todo su encanto. Si bien es cierto, las aceleraciones son contundentes, también lo es, que no parecen venir de un 6.2 litros de 400 hp. La explicación que encontramos es que al final del día se trata de un auto pesado y la caja automática también castiga un poco el performance en aras de no entregar consumos indignos.
Conclusión
No hay duda, el Chevrolet Camaro es uno de los autos con mejor presencia que hay en el mercado, es un imán de miradas y la edición especial Hot Wheels no hace más que potenciar ese efecto. El diferencial de costo en relación con un Camaro SS automático común no parece ser mucho cuando ponemos en contexto que se trata de un vehículo limitado a 100 unidades, una edición especial que cuenta con buen potencial para convertirse en coleccionable en el futuro.