Nuestro segundo día de ruta no empezó como nos hubiera gustado, primero tuvimos una corta noche gracias a que por azares del destino (y un poco de la mala suerte) nos cambiaron de hotel, a uno más lejos de lo que teníamos provisto. Esto nos dejó más alejados del centro de la ciudad de San Antonio, Texas, así que tras cenar un delicioso y muy merecido corte de carne, nos fuimos al hotel a trabajar en las cuestiones del día y a dormir un poco.
Salimos del hotel a las 8:00am, más tarde de lo que teníamos pensado pero nos fue imposible que fuera antes. Salimos corriendo hacia el Álamo para tomar las fotografías, llegamos y cuando quisimos tomar la foto nos damos cuenta de que dejamos la batería recargándose en el hotel donde ya habíamos hecho checkout. Esto nos obligó a hacer el recorrido de regreso al hotel (que ya no teníamos que regresar) y de vuelta a El Álamo para las fotografías.
Finalmente logramos tomar camino hacia la ciudad de Amarillo, Texas. En el camino nos topamos con algunos lugares interesantes, pueblos, e inclusive una granja de generadores eléctricos que funcionan con energía eólica. El impresionante panorama cubría hasta donde alcanzaba la vista de los generadores en forma de molino, blancos y con bastante separación.
Llegamos a la ciudad de Amarillo (después de ocho horas de manejo) donde nuestra primera parada fue el Cadillac Ranch, un lugar poco común con 10 partes traseras de Cadillacs sobresaliendo del piso y alineados perfectamente. La idea es que cualquier persona puede entrar y “grafitear” estos autos como ellos quieran. Se ha convertido en una sensación turística y que ahora forma parte de la antigua Ruta 66 –que atravesaba todo el país desde Chicago a Los Angeles-.
Nuestra última parada fue la misma Ruta 66 que ahora se conoce como la Ruta 40 (no pregunten porqué, nosotros tampoco entendemos) donde pudimos ver muchos de los establecimientos que iniciaron el pueblo de Amarillo que en los años 50 y 60 atendían a los viajantes. Si la historia les parece conocida, es porque fue muy bien ilustrada por la película "Cars".
La mejor parte de la travesía hasta ahora fue un poco delante de Amarillo, ahí el GPS nos desvió hacia un camino secundario para conectar con otra interestatal. Se juntó todo, la música que veníamos escuchando, el sol casi por ponerse y una carretera completamente desierta con curvas (algo raro de encontrar por estos rumbos) y un pavimento bueno. Este ha sido el tramo donde más disfrutamos del manejo de nuestro Peugeot 208 desde que cruzamos la frontera. Se siente divertido, ligero, con la transmisión manual se logra exprimir muy bien los 120 caballos de fuerza del motor y las llantas Michelin Energy Saver, ofrecen muy buen agarre a pesar de estar orientadas a entregar un mejor consumo de combustible.
Después de ese momento de diversión, continuamos con las incesantes rectas hasta que se terminó el estado de Texas (¡que parecía interminable!) y después Nuevo México, para finalmente empezar nuestro recorrido final (que también fue más largo de lo que pensamos que iba a ser) en Colorado hasta la ciudad de Colorado Springs donde haremos base para seguir de cerca la carrera.
Algo que sí notamos cada vez que nos adentramos más en el país vecino, es que la gente voltea a ver mucho el auto con cara de "¿qué demonios es ese auto?" Hasta ahora, sólo unos curiosos en una gasolinera se acercaron a preguntarnos de qué se trataba nuestro recorrido, etc.
Mañana finalmente tendremos nuestro primer contacto con la competencia en sí, así que dormiremos para poder contarles mañana.
Recuerda que si quieres seguir más de cerca nuestro recorrido lo puedes hacer desde Twitter (@autocosmos) y Facebook (Autocosmos México), además de poder ver nuestros resúmenes diarios en este espacio con sus respectivas galerías.
