La escalada bélica en el mundo de los hot hatch ha evolucionado tanto que, hoy 200 hp son prácticamente la base de una versión deportiva. El Megane III RS (RenaultSport) ofrece 50 caballos más, y lo más importante es la manera en que los pone en el piso, algo que pudimos comprobar en el Autódromo de Buenos Aires, Argentina.
Antes de analizar este nuevo diablo francés, hay que recordar que la marca tiene una rica tradición deportivos compactos con los míticos: Gordini, R5 Turbo y Clio Williams; 10 campeonatos de F1 con sus motores y una victoria en Le Mans, entre otros. Más cerca en el tiempo, posee la gama RenaultSport que actualmente ofrece versiones picantes de los modelos: Twingo, Clio y Megane, ensamblados especialmente en la planta de Palencia, España.
Los detalles estéticos que diferencian al Mégane III RS del resto de sus hermanos menos vitaminados son: el frontal con sección negra y labio aerodinámico que recuerda,. faldones laterales ensanchados, con salida de aire detrás de las ruedas frontales, y en la parte posterior un enorme escape central, difusor de aire en la fascia y alerón en la parte superior del portón trasero. Rematan las llantas de 18” en aleación cuyo tono oscuro contrasta con las imponentes mordazas de freno rojas firmadas por Brembo. Puertas adentro vemos más o menos el mismo auto que su hermano sedán, el Fluence, pero con detalles deportivos como eltacómetro con fondo amarillo, color deportivo de la marca que se repite en las costuras, como la del volante, o el de los cinturones de seguridad, sin olvidar la verdadera esencia de RenaultSport que se manifiesta en el los asientos delanteros de competencia.
El Megane III RS que dicho sea de paso es un Fruto Prohibido en México ya que la firma no comercializa ningún producto fabricado en Europa ofrece una suspensión rebajada y más dura, diferencial delantero de desplazamiento limitado y el R.S. Dynamic Management, un ESP tri-modo, normal, más permisivo con el desplazamiento de las ruedas y apagado. Lo primero que me sucedió después de apretar el botón de encendido y deleitarme con el rugido del motor es que el auto se me apaga al primer intento por ponerlo en marcha, esto es obra de un embrague corto, ideal para un manejo deportivo. Ofreciendo 250 lb-pie de torque a 3,000 giros, el Mégane RS apenas con apenas acercar la aguja del tacómetro a ese número sale catapultado de forma violenta. Lo más interesante de este 2.0L 16V con apertura variable de válvulas es su elasticidad con el 80% del torque desde las 1,900 rpm, por lo que el circuito se puede recorrer prácticamente sin bajar de 3° y casi sin llegar a utilizar la 6°, aún en la recta principal donde el velocímetro alcanzó los 180 km/h.
El Megane III RS que dicho sea de paso es un Fruto Prohibido en México ya que la firma no comercializa ningún producto fabricado en Europa ofrece una suspensión rebajada y más dura, diferencial delantero de desplazamiento limitado y el R.S. Dynamic Management, un ESP tri-modo, normal, más permisivo con el desplazamiento de las ruedas y apagado. Lo primero que me sucedió después de apretar el botón de encendido y deleitarme con el rugido del motor es que el auto se me apaga al primer intento por ponerlo en marcha, esto es obra de un embrague corto, ideal para un manejo deportivo. Ofreciendo 250 lb-pie de torque a 3,000 giros, el Mégane RS apenas con apenas acercar la aguja del tacómetro a ese número sale catapultado de forma violenta. Lo más interesante de este 2.0L 16V con apertura variable de válvulas es su elasticidad con el 80% del torque desde las 1,900 rpm, por lo que el circuito se puede recorrer prácticamente sin bajar de 3° y casi sin llegar a utilizar la 6°, aún en la recta principal donde el velocímetro alcanzó los 180 km/h.
Al momento de frenar es tan efectivo como cuando acelera, recto, estable y sobre todo, en menos espacio del calculado. Luego de pararse sobre el pedal central, encara las curvas con franqueza, con mínimo rolling de la carrocería y niveles de agarre tan altos, que aún en el autódromo una persona con sentido normal de conservación rara vez encontrará sus límites. Lo más importante es su habilidad para perdonar errores, ya sea al entrar muy pasados a una curva o ingresando aún con el freno oprimido transfiriendo hacia adelante todo el peso del eje posterior, en ambos casos basta corregir levemente para que el Megane RS encuentre el camino correcto.