Depreciación es un término que muy pocas veces nos ponemos a pensar que pueda estar relacionado con nuestro auto. No obstante como cualquier producto ya sea una computadora o un smartphone tiende a depreciarse, es decir, perder su precio una vez que sale del punto de venta.
En el caso de los autos, la depreciación que sufren aplica en dos casos, el primero en vehículos nuevos cuando salen de la agencia y el segundo en automóviles usados, que también sufren una pérdida de su precio pero en menor proporción. Un auto nuevo se devalúa un 20% en promedio saliendo del distribuidor y a partir de ahí cada año pierde un 5% de su valor –lo mejor es consultar el costo real en alguna guía de precios oficial.
Sólo por poner un ejemplo si adquieres una unidad en $190,000 pesos, saliendo de la agencia va a valer $152,000.00 aproximadamente. Ahora para su segundo año puede tener un precio de $144,400 pesos y ya para el tercero costaría $137,180.00 Esto es sólo un cálculo estimado, por lo que la depreciación depende de cada unidad.
Con lo anterior te preguntarás ¿Por qué la depreciación del auto es mayor el primer año, es decir, justo saliendo del distribuidor? Bueno existen algunas razones. La primera es que tú pagas un precio de venta por el auto –esto es la cantidad que el distribuidor haya “establecido” para venderte la unidad. Segundo, en el momento que conduces tu auto en el camino, inmediatamente tu auto baja al precio de al por mayor, es decir el valor sin utilidad o ganancia -esto es algo subjetivo pero así se maneja. Finalmente el dinero de impuestos (en México está el ISAN o Impuestos Sobre Autos Nuevos), derechos y permisos que hayas pagado simplemente se pierden.
A parte de los factores de depreciación mencionados, un auto tiende a devaluarse más según las condiciones físicas en las que se encuentre, kilometraje recorrido, si sufrió algún accidente o por el año-modelo, en este caso si la unidad es muy vieja puede que no aparezca en la guía oficial de precios, lo que dificulta aún más poder determinar su precio. Esto en ningún momento aplica si hablamos de un auto clásico, aquí la historia es otra.
Ante este escenario ¿Qué es lo mejor que puedes hacer a la hora de comprar o vender un auto en cuanto a la depreciación? Lo primero es entender que hay autos que mantienen una alta demanda en el mercado –por su calidad, confiabilidad, entre otras cosas- por lo que la oferta es baja y generalmente tienen un mayor valor de reventa. Segundo algunas marcas se deprecian más que otras y tercero las condiciones del vehículo que te comentamos anteriormente. Lo mejor ante todo es aceptar el hecho de que los autos se deprecian y que no hay nada que puedas hacer para evitarlo.
Es muy importante que cuando vayas a comprar un auto nuevo o usado tengas en mente siempre su depreciación, ya que a fin de cuentas es tu dinero rodando y el retorno de inversión que vayas hacer en él se irá reduciendo conforme pase el tiempo.