Antecedentes
El KdF-Wagen La historia del Beetle empieza a escribirse en 1938 cuando el Canciller de Alemania, Adolfo Hitler, urgió a Ferdinand Porsche para crear un auto para la movilidad del pueblo alemán en las nuevas carreteras que se construían en la bonanza del Tercer Reich. El auto fue presentado en 1938 como el Tipo 1 pero poco después fue bautizado como KdFwagen que se puede traducir como “Fuerza por medio de la alegría” y podía adquirirse llenando una planilla de timbres que costaba 990 Reichsmarks. Lo más interesante del KdF-Wagen es que su diseño exterior, creado por Erwin Komenda, fue muy poco alterado durante los 65 años de vida del producto que vendió 21,529,646 vehículos durante los 58 años de producción, sólo interrumpida por la Segunda Guerra Mundial.
El Vox Populi empezó a llamar al KdF-Wagen como Beetle (escarabajo) por la referencia de un periodista del New York Times a finales de los cuarenta y que describía el parecido del diseño con el insecto, hecho que no fue del agrado de VW hasta que no le quedó de otra y poco a poco fue aceptando el “mote” impuesto por la gente común y corriente.
En México se le bautizó como “sedán”, seguramente un nombre impuesto por algún ignorante ya que el diseño del “sedán” era netamente de un “Coupé”. El apodo impuesto fue Vocho, con algunas degeneraciones como “Volcho” o “Vochito” y se fabricó hasta el 30 de julio del 2003 en la segunda planta más grande que el conglomerado VW tiene en el mundo y que se ubica en Puebla, México.
El New Beetle de 1998. Volkswagen tenía en mente lanzar un vehículo de características “retro”, así que en 1994 los diseñadores J.C. Mays y Freeman Thomas se pusieron a trabajar en un auto llamado Concept 1, creado en el centro de diseño VWOA de California. Una vez aprobado el diseño del auto, se decidió que se fabricaría en la planta de VW más cercana al mercado objetivo del Beetle. Evidentemente esa planta es la de Puebla en México, que durante cinco años fabricó conjuntamente el Sedán (Vocho) y el New Beetle, heredero de las formas creadas por Erwin Komenda pero no en su función, ya que el New Beetle no era un auto barato sino más bien un capricho estilístico funcional. El Beetle 2012 Ahora ya sólo se llama Beetle, no es el new New Beetle como muchos pensaron y tampoco se llama “Sedán” como se llamó el Vocho. Este vehículo ha levantado expectativas de todo tipo.
Por conveniencia de la marca y tradición, se fabrica también en la planta de Puebla siendo la única del conglomerado VAG que ha construido todas las generaciones de Beetle en la historia de VW. El diseño ahora es mucho más reminiscente al del modelo original. Las líneas exteriores son mucho más robustas y le confieren un aplomo más masculino, a diferencia del modelo anterior que se notaba más sutil y femenino. El trabajo de diseño es obra del equipo comandado por Walter de Silva y Klaus Bischoff, quienes crearon la nueva generación del Beetle quizá basándose un poco en las líneas del concepto VW Beetle Ragster presentado en el marco del salón de Detroit en 2005.
Características técnicas y mecánicas
Bajo el cofre encontramos un motor de cinco cilindros de aspiración natural y de 2,480 cc (es decir, 2.5 litros para efectos prácticos). La potencia que entrega es de 170 hp en el rango de las 5,800 rpm y la fuerza de torque es de 177 lb-pie a 4,250 vueltas.
La velocidad tope ronda los 200 km/h. El motor pentacilíndrico está acoplado a una transmisión Tiptronic de seis velocidades con opción a efectuar los cambios de manera manual, con movimientos basculantes de la palanca y también ofrece un modo “Sport” que realiza los cambios ascendentes en un régimen de revoluciones mayor. Las medidas del nuevo modelo son 4,278 mm de largo, 1,808 mm de ancho, 1,486 mm de alto y la distancia entre ejes 2,537mm. Creció en todas las dimensiones respecto con el modelo anterior exceptuando la altura, que es menor. Las suspensiones son McPherson para el eje delantero y eje “semi” rígido transversal para el trasero, los frenos son de disco en las cuatro ruedas y cuenta con ABS, EDC (Bloqueo electrónico del diferencial) y ESC (Control de estabilidad). Cuenta con rines de aleación de aluminio de 17 pulgadas y las llantas son P.215/55 R 17, con un buen perfil para no ser presa de los innumerables baches mientras que la llanta de refacción es neumática y de tamaño normal.
Confort
Los interiores están muy bien logrados, tienen un ligero sabor de Vocho gracias a los paneles de las puertas con insertos al color de la carrocería así como en el tablero y el volante… ¿qué creen? el florerito que tenía la anterior versión del Beetle, desapareció, ¡afortunadamente! El cuadro de instrumentos es sencillo pero bastante ergonómico, le presenta al conductor toda la información del funcionamiento del vehículo mediante tres circunferencias, la más grande es para el velocímetro y en su interior hay una pantalla de cristal líquido con información adicional. El instrumento central está flanqueado por otras dos circunferencias más pequeñas, a la izquierda un tacómetro que marca hasta las ocho mil revoluciones y a la derecha un inmenso medidor de consumo de combustible.
Un dato irónico es que las primeras ediciones del “Vocho” en los años cincuenta no tenían medidor de combustible ¿por eso ahora lo pusieron tan grande? Al centro del tablero encontramos un buen equipo de audio, con pantalla táctil que en el caso de nuestra unidad de prueba contaba con el sistema “Media In” que no es otra cosa que un cable de conexión oculto para el iPod. Dicha conexión está en una de las guanteras –si, tiene dos- y la calidad de audio es una de las mejores que hemos escuchado en vehículos de este rango de precio. También tiene entrada para tarjetas SD y cuenta con Bluetooth como protocolo de comunicación con teléfonos celulares. Lo más extraño es que teniendo todos estos “gadgets”, el volante no tenga controles para el equipo de audio ni el teléfono. Un detalle que nos parece curioso es que las bocinas instaladas en las puertas, tienen un bisel iluminado que puede cambiarse de color -blanco, azul o rojo- mediante un selector en el tablero. También la tonalidad de las luces ambientales instaladas en los paneles de las puertas puede cambiarse con dicho control.
Los asientos delanteros son amplios, cómodos y con un buen diseño para ofrecer soporte lateral en un manejo deportivo, pero son lo suficientemente mullidos como para no cansar en largos trayectos de ciudad. Los traseros también son confortables –aunque no lo parezca- gracias al aumento de dimensiones en general. Sin duda una mejora respecto del modelo anterior que presentaba estrechez en las plazas traseras. Las tapicerías de nuestro modelo de prueba eran de piel sintética, llamada elegantemente por Volkswagen como “Leatheratte” y el diseño es muy agradable. Los costados de los asientos tienen un patrón similar al tejido de fibra de carbón, el asiento y el respaldo son con textura más lisa, son cómodas y agradables, sin olvidarnos que son sintéticas y en un acalorado viaje largo nuestra espalda lo constatará.
Manejo
Al volante se puede lograr una posición de manejo perfecta, gracias a los ajustes de altura y profundidad del volante, aunado a que el asiento puede regularse en altura también. La llave de encendido es netamente corporativa de VW y el sonido de la puesta en marcha también es muy VW, recordemos que este cinco cilindros también es usado por el Jetta VI y próximamente por las versiones de entrada del Passat hecho en EUA. La calidad de marcha es muy buena, las aceleraciones son constantes y el desempeño en general es muy satisfactorio. En trayectos de ciudad el Beetle se desempeña con soltura, pero en carretera y con un manejo rápido, las cosas cambian un poco. El torque es bueno hasta el régimen de las 4,500 rpm, más arriba de ese rango la respuesta del acelerador se cae bastante, lo que puede comprometer algunos rebases apresurados.
El balance es bueno y neutral, la suspensión es confortable y lo suficientemente rígida para hacer sentir al conductor lo que pasa por las llantas. El manejo es comunicativo y el control de estabilidad es poco intrusivo, aunque no llevamos al Beetle a condiciones extremas (eso lo haremos con la versión Turbo). La dirección es suave y comunicativa, no se siente artificial ni sobre asistida. En caminos no muy tersos se nota la buena calidad de construcción, este nuevo Beetle 2012 se siente sólido y no presenta rechinidos estructurales como en la versión anterior.
Conclusión
Un producto icónico, el Volkswagen Beetle 2012 sin duda es una compra más pasional que racional, un concepto juvenil y con “Mucha Onda”. Sus rivales directos son el MINI Cooper y algunos productos de casa como el Audi A1. Un auto muy bien pensado, ya que por fuera se ve como un deportivo y el espacio interior es suficientemente amplio como para llevar cómodamente a cuatro adultos. El área de equipaje o carga es más grande que en el modelo anterior, algo muy bueno a destacar.
No es un producto barato, ni creo que sea de mucho volumen, pero sin duda en este segmento el precio pasa a un segundo plano, de lo que si estamos seguros es que se trata de un automóvil cargado de historia y que será muy bien acogido por los consumidores que no se verán defraudados por el dinero que pagan por él.
El original y extraño Vocho de alambrón que acompaña al Beetle 2012 en la sesión es una extraña pieza, he aquí un poco de su historia: En el año 1968 se construyeron siete vehículos con estas características y fungieron como “embajadores” de buena voluntad, promoviendo el Mundial de Futbol de 1970 celebrado en México. Los vehículos eran completamente funcionales, la plataforma y componentes mecánicos eran de un Volkswagen Sedán, pero la carrocería, hecha por artesanos mexicanos. Hoy día se conoce el paradero de cuatro de ellos, uno está en el Museo del Automóvil de la Cd. de México y su estado de conservación es perfecto, otro se encuentra en el Museo de VW el Wolfsburg, Alemania, en Disneylandia hay uno más y algunos rumores dicen que en la planta de VW de Puebla hay uno bien atesorado. ¿Será?
Agradecimientos: Agradecemos las facilidades otorgadas al Museo del Automóvil de la Ciudad de México para la realización de nuestra sesión fotográfica.