La historia de Porsche cambió radicalmente desde la introducción de Cayenne en 2002. En un principio, los puristas de la marca lo consideraban una aberración pero la verdad es que comercialmente les funcionó a tal grado que en 2009 más del 50% de sus ventas a nivel global fueron de este producto y que en sus siete años de existencia de la primera generación con su respectivo facelift, Porsche vendió más de 270mil.
El 911 tal vez sea el modelo emblemático de la marca pero Cayenne es su producto de volumen y es por esto que para la tercera generación (que en realidad debería de llamarse segunda), quisieron realmente sorprender al mundo.
Estéticamente, el nuevo Cayenne comparte muy poco con su antecesor. El frente en lugar de ser agresivo y tener el factor de “en tu cara” gritando a todo lo que da, cuenta con elemento más sutiles y una curva que avanza progresivamente desde la parte baja. Los faros son pequeños y muy al estilo del 911, mientras que una pequeña línea de LEDs abajo del faro sirve como luz diurna continua.
El costado es donde más se nota una relación entre ambas generaciones pues la proporción de las puertas y las formas se mantienen similares. A diferencia de la generación pasada, ésta cuenta con una línea más alta que divide las ventas de la puerta y por supuesto, unos rines de diferentes modelos.
La parte trasera es definitivamente la más distinta y también donde difieren las opiniones a cerca del diseño pues observándola desde atrás, no cuenta con la misma presencia que la generación pasada y gracias a que sus calaveras mantienen formas más redondeadas, es fácil confundirla con algún producto de origen japonés.
Hablando de dimensiones, el Cayenne ha aumentado ligeramente ya que es un poco más larga y alta que su antecesor por escasos milímetros y a lo ancho es más grande sin tomar en cuenta los espejos, ya que éstos son de menor tamaño dando en total un ancho también milimétricamente menor.
Las versiones que manejamos fueron Cayenne S y Turbo. Mientras que la S monta un motor V8 de 4.8L de aspiración natural y 400Hp, logra una aceleración de 0-100Km/h en 5.9 segundos, una velocidad máxima de 259Km/h, un consumo de 9.52Km/l promedio y emite 245g/Km de CO2; el Turbo monta el mismo V8 de 4.8L pero con dos turbocompresores que aumentan la potencia hasta los 500Hp, el consumo hasta 8.69Km/l, las emisiones de CO2 a 270g/Km y disminuyen el tiempo de 0 a 100Km/h a 4.7seg –algo realmente remarcable en un auto de más de dos toneladas de peso.
Este último punto es algo que debemos destacar pues para esta generación, Porsche decidió ofrecer más equipamiento y lujo, algo que repercutió en el peso total del vehículo pero que lograron balancear con materiales más ligeros tanto para la estructura como para los paneles y partes del interior disminuyendo el peso respecto a la anterior generación en 180Kg para la versión S y 185Kg en el Turbo. Gracias a esta pérdida de peso, lograron una reducción del 23% del consumo de combustible y 26% en emisiones para ambas versiones.
Todo esto es una muestra del gran empeño que la marca le puso a la nueva generación de su modelo con más ventas y tanto en el interior como en el manejo, sale a relucir también.
Los materiales utilizados en el interior son de la mejor calidad. De hecho, el resultado final se siente con una mayor atención a los detalles que en el Panamera del cual tomaron inspiración para el diseño del tablero, consola central y en general del interior.
La posición de manejo es relajada y gracias a los múltiples ajustes independientes que puedes realizar con los botones del asiento y volante, también es fácil de encontrar. La consola y tablero te envuelven por completo, lo que da la sensación de estar en un verdadero centro de mando. Existen 84 botones distribuidos en la consola central, toldo y descansa brazos por lo que es difícil presionar el que estas buscando sin la necesidad de voltear a ver por lo menos dos segundos hacia abajo –algo un poco inconveniente cuando estás al volante.
La transmisión, la cual no cambia para las versiones S y Turbo, es una automática tiptronic de ocho relaciones que no tiene nada que ver con generaciones anteriores de tiptronic pues es mucho más versátil, rápida, cómoda y fácil de tomar el gusto. A diferencia de la PDK utilizada en el Panamera, ésta es mucho más capaz en situaciones citadinas y aunque pierde un poco respecto a la de doble embrague en carretera y velocidad de cambio, es realmente la mejor compañera para los motores de ocho cilindros utilizados en el Cayenne.
Ambas versiones se desempeñan muy bien en caminos sinuosos, eliminando el roll de la carrocería en diferentes grados dependiendo del modo que se seleccione para la suspensión (Comfort, Normal o Sport), pero definitivamente lo más sorprendente es la manera en la que el Turbo acelera entre curva y curva haciendo absurdamente cortas las rectas que puedas encontrar en tu camino. La versión S es muy potente, pero es el Turbo el que nos ha dejado con la mandíbula abierta, la espalda más apegada al asiento y los ojos más abiertos al presionar el acelerador.
La capacidad off-road del Cayenne se ha mantenido pero no como algo primordial. Sí cuenta con el bloqueo electrónico en los tres diferenciales (delantero, central y trasero), con ajuste de altura de la suspensión especial para este tipo de actividad, asistente de descenso y una especie de reductora de la transmisión para mayor torque a bajas velocidades, pero a diferencia de la generación pasada no tiene que demostrar un liderazgo en este rubro.
Las versiones que llegarán en un principio son S y Turbo pero más adelante llegarán la de seis cilindros, seis cilindros híbrida y finalmente, diésel.
Los precios quedarán de la siguiente forma:
Porsche Cayenne Turbo: 143,000USD
Porsche Cayenne S: 90,000USD
Porsche Cayenne Hybrid: 90,000USD
Porsche Cayenne: 78,000USD
Porsche ha dedicado su tiempo en hacer este Cayenne más espacioso en el interior, práctico, confortable, rápido y ágil en la carretera dando como resultado un producto que podemos identificar mejor con la marca -ya que no tiene que romper esquemas que ya fueron rotos con anterioridad. Un producto mejor terminado y enfocado a lo que realmente sus clientes utilizan.
No podemos hacer suposiciones en cuanto a una mejora o caída de ventas con esta nueva generación, pero sí podemos asegurar que la nueva generación de Porsche Cayenne tiene todo para hacerlo aún mejor que antes, es sólo cuestión de que los clientes lo perciban.