Automovilismo

Grand Prix, una gran película de carreras

¿Aburrido por el encierro? Aprovecha y disfruta de este film que se estrenó hace más de medio siglo.

Grand Prix, una gran película de carreras

Para que esta cuarentena te sea mas llevadera, en Autocosmos te brindaremos distintas opciones,para que no te aburras con las mismas películas de siempre, por lo que además de recomendarte el recientemente estrenado documental de Fangio y la segunda temporada de Drive To Survive, hoy será el turno de recomendarte un clásico de los entusiastas del automovilismo: Grand Prix.

¿Por qué recomendamos Grand Prix?

Si nos quedamos con que es una película de hace más de 50 años, posiblemente pensemos que le faltan muchas cosas, sobre todo en cuanto a avances tecnológicos. Sin embargo, eso es lo mejor que tiene.

El film, estrenado en 1966 y dirigido por John Frankenheimer, es pura realidad. La ausencia absoluta de escenografías hechas por computadora le da un marco imponente a cada una de las carreras retratadas, en las que se evidencia al más mínimo detalle lo que era correr en la Fórmula 1 de ese entonces, algo totalmente distinto a lo que es en estos tiempos.

Para un fanático del deporte motor todo es deslumbrante, principalmente por lo que genera revivir una época que la mayoría de nosotros no vivió. Y, si la viviste, lejos estuviste de haberla visto de la manera que lo mostró esta película, lisa y llanamente por la falta de transmisiones televisivas de la época, entre otras cosas.

Las tomas aéreas, realizadas en las competencias reales que la “Máxima” disputó por aquella época, las cámaras a bordo y el sonido de los motores muestran cómo era el automovilismo de entonces, mucho más familiar y cercano entre sus pares, pero también peligroso, tal como se evidencia con las precarias o en ocasiones inexistentes medidas de seguridad. Sobre esto, y siempre viéndolo desde una perspectiva actual, tampoco deja de sorprender el estado de los circuitos, tanto de algunos que ya no están en el Mundial (como Clermont-Ferrand), como de otros que poco tienen que ver con lo que son en la actualidad (caso Mónaco, Zandvoort, Spa-Francorchamps o Monza). El trazado italiano se lleva buena parte de la atracción, principalmente por las tomas a bordo realizadas en las curvas peligrosas, donde parece hasta un poco intrépido que alguna vez hayan corrido máquinas a 300 Km/h.

Si a este realismo se le suma una buena historia (que, entre otras cosas, evidencia lo riesgoso que era competir en aquella época) y mejores montajes de imagen y sonido, tenemos un combo excepcional.

La frutilla del postre: la participación de varios de los por entonces pilotos de F1, como Graham Hill y Jochen Rindt, y del mismísimo Juan Manuel Fangio.

El film dura casi tres horas. Sí, hoy parece mucho, pero si eres un verdadero amante de los fierros, el tiempo se te va a pasar volando.

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