Motos

Manejamos la BMW R18

Una inmensa moto dispuesta a viajar y con carácter rebelde, aunque también cuenta con detalles a mejorar

Manejamos la BMW R18

La R18 es un modelo que nació como concepto a mediados del 2019, inspirada en la 1936. Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de manejarla en su lanzamiento, pero ahora la tuvimos para una prueba más personal y sin limitaciones, por lo que pudimos exprimir más uno de sus máximos atributos, el motor bóxer de casi 111 kg que domina a la vista.

Para comenzar debo decirles que en una parte controlada de aceleración pude llevar a la R18 hasta los 180 km/h, en la ficha técnica dice que puede más y no lo dudo, pero aquella mañana hacía mucho aire en contra y como se pueden imaginar la posición de manejo con el pecho expuesto hace que a esas velocidades te tengas que aferrar al manubrio o salir volando. La respuesta del motor es total, con una entrega de par motor desde las 3.000 rpm que te impulsa en todas las velocidades, aunque no es algo brusco, sino como buena europea algo hasta cierto punto dócil.

No, definitivamente no es una moto para viajar, al menos no esta primera edición de la moto, ya que los asientos son muy duros y la suspensión también, aunque seguramente existirán muchos usuarios que el punto de la comodidad les importe poco y se la lleven a recorrer kilómetros. El motor obviamente es sediento, y sin medidor del tanque en el reloj de instrumentos tendrás que aprender rápido como administrar el acelerador.

La entrada a la pista nos obligó a rodar un poco en terracería, obviamente la suspensión  te hace sentir cada piedra, pero los neumáticos al no ser tan anchos permiten un manejo ligeramente más sencillo.

En lo que preparaban la moto para la sesión de fotos nos pusimos a ver lo que ofrecía, detalles como la pintura mano del tanque y colín, algo que no nos mencionaron en la presentación que es una especie de “freno de mano” donde al aplicar dos veces rápidas el freno trasero la R18 se bloquea, que sirve por ejemplo para un semáforo en pendiente. Y claro, jugar un rato con la reversa de esta moto, algo que vas a apreciar cuando te tengas que estacionar.

Momento de entrar a pista y desde las vueltas de prueba notamos que como en todas las motos de este segmento los avisadores del posa pies arrastran, sí, permiten un mejor ángulo de inclinación que una Harley-Davison, pero el efecto sigue ahí. En la frenada se siente el peso de la moto, ya que aun con los Frenos ABS al presionar el delantero en emergencia la suspensión frontal baja y la llanta trasera pierde ligeramente “pisada” y llegas a escuchar el rechinido o un movimiento nervioso.

La R 18 gana mucho en poderío y estilo, aunque pierde en comodidad a largo plazo, aunque como pudimos ver con el modelo R nineT, no siempre las usaban para hacer un viaje largo sino como un símbolo de estatus. Y sí, cuidado con un detalle que pareciera ser algo simple pero no lo es, el cardan expuesto luce increíble, pero ese elemento móvil puede ser un peligro para el pasajero en el amarre de una bota o pantalón.

La respuesta del motor no es tan briosa como lo indicaría el motor, sino que es más gradual, y lo sientes por ejemplo al recuperar velocidad en un rebase, potencia no le falta, y en este tiempo de manejo reafirmé que el espacio que existe entre los empeines del pie al estar sobre la palanca de cambios o frenos está muy reducida por el tamaño del motor algo que igual te puedes acostumbrar, pero me resultó muy molesto.

En fin, hoy manejamos esta First Edition, y al igual que la ya mencionada R nineT seguramente veremos muchas variantes como la inminente R 18 Classic, que ofrece parabrisas, maletas laterales y un visible asiento más grande.

Destino Viajero recomienda