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Manejamos la Husqvarna Svartpilen 701

Una extraña mezcla de diseño vanguardista con una máquina clásica, la probamos en pista e incluso en un arrancón contra una Yamaha R6.

Manejamos la Husqvarna Svartpilen 701

Hace casi dos años Husqvarna renació, si bien siempre ha tenido presencia en el mundo del Off Road, las motos de calle estaban un tanto olvidadas desde la Silverpilen de los 60´s. La marca sueca decidió experimentar con un diseño vanguardista, con elementos que evocan al pasado, primero con los modelos Vitpilen y Svartpilen con motorización de 400 cc y una Vitpilen 701. Un año después llegó la Svartpilen 701 con formas similares a una Flat Track, que se desmarca de la Scrambler representada en el modelo 401.

Esta moto solo es la punta del iceberg para Husqvarna toda vez que la casa matriz KTM decidió retirar su participación del Moto2, perteneciente al campeonato mundial de MotoGP, esto para centrarse en las motos oficiales y enfocarse al certamen de Moto3, (con motores 250cc) donde Husqvarna tendrá una moto de pista, según las palabras de Stefan Pierer, CEO de KTM, por lo que el resurgimiento de la marca se antoja sumamente interesante a mediano plazo.

Forma y función

La “flecha negra” 701 es una moto que cuida mucho cada detalle del diseño, con una forma general que evoca a las motos del Flat Track el corto escape y la pieza plástica del lado derecho bajo el colin evocan el porta número de las motos de competencia. Husqvarna ha usado el concepto de menos es más en su moto y también es muy importante en el apartado mecánico, -pero eso lo veremos más adelante-. Del tanque de combustible, al asiento y colín pareciera una sola pieza flotante que corona un chasis tubular que alberga al motor, todo en tonalidad negra mate que solo es contrastada por los toques dorados de las tapas de motor y franja de escape.

El tablero es muy simple, pero su caprichoso diseño lo hace verse único y con todos los elementos necesarios de información necesarios en el día a día, la Svartpilen se olvida de complejidad de botones y solo tiene lo necesario, aunque nos hubiera encantado que tuviera la posibilidad de desconectar los frenos ABS.

Apartado mecánico

Como les comentaba, el motor no es tan nuevo como el resto del desarrollo, es un motor de un solo cilindro de 692.7 cc enfriado por líquido, el cual desarrolla 75 hp y un par motor de 53 lb-pie. La caja de cambios es de seis velocidades y cuenta con sistema Quick Shift que permite hacer cambios ascendentes y descendentes sin el uso del clutch, punto que le brinda dinamismo.

La potencia a la rueda posterior es por medio de cadena y las suspensiones vienen firmadas por WP, una marca especializada en tierra que ha trabajado durante años con KTM y Husqvarna, por lo que “el entendimiento” entre chasis y ruedas es prácticamente perfecto. Este sistema cuenta con capacidad de regularlo manualmente para adaptarlo a tu gusto.

Nuestra experiencia de manejo

Este punto resultó ser muy divertido y una sorpresa, y es que lo de siempre, todos quieren la moto más cara y más potente, aunque por lo regular ni se aprovechara al 100%. Esta prueba la realizamos en el Centro Dinámico Pegaso por lo que pudimos enfrentar a la Svartpilen 701 a curveo, velocidad y de paso hasta un arrancón con una Yamaha R6 de nuestro amigo Blitz Rider con quien convivimos.

De entrada, el manejo es realmente cómodo, si bien la suspensión es firme alcanza a filtrar gran parte de los malos caminos y al circular vas prácticamente en un sillón, no como en su hermana menor la 401 que es realmente dura. Los neumáticos mixtos funcionan de maravilla en pavimento, malos caminos e incluso terracería ligera, pero al llevarlos a un ángulo de inclinación mayor se siente la pérdida de adherencia, pero esto no será un problema en el día a día o viajes carreteros.

Un punto a destacar es la sensación de ligereza, primero porque el peso sin combustible es de apenas 158.5 kg repartidos en la parte media/baja de la estructura, por lo que incluso con la altura del asiento de 835 mm es fácilmente maniobrable, aunque como les comento con un manejo más “alegre” se torna algo nerviosa.

La respuesta del motor pareciera no ser la mejor al leer que solo tiene 75 hp, pero una ventaja del bloque monocilindro es que brinda una buena cantidad de par motor desde la parte baja de las revoluciones y justo este punto hizo que la Svartpilen fuera tan divertida en pista, ya que la recuperación de velocidad al salir de curva te pinta una sonrisa, además claro de la caja de cambios secuencial, te permite jugar mucho, sentir la moto y saber que llevas el control.

En la prueba final llegamos al arrancón, una deportiva 600 contra una Flat Track 700, las cosas eran muy dispares y lo sabíamos, pero queríamos saber el resultado. Por un lado, la japonesa tiene 124 hp y un par motor de 48.5 lb-pie, pero esto es entregado en la parte alta de las revoluciones y un peso en orden de marcha de 189 kg, mientras que la Husqvarna lo entrega en la parte media, y un peso ligeramente menor (ya con los 12 litros de combustible).

El momento llegó, luz verde y la Svartpilen sale disparada ayudada con la caja secuencial, la entrega de potencia es lineal y se aprovecha el motor, y en la parte final del ¼ de milla escucho el aullido de la R6, por nada gana la sueca. Repetimos el “juego” y Blitz sale mejor y el cierre en meta apenas es de una moto de diferencia, y así repetimos el momento con resultados similares. Lo que constata que ese torque y salida podrán hacer quedar mal a motos de más potencia (y precio) y esto también se traduce en una mejor recuperación de velocidad en carretera.

Al final Blitz nos prestó su moto y repetimos la competencia, en el primer intento hice un tremendo ridículo, ya que no revolucioné su moto y salí desde cero, obviamente la “Huski” me derrotó y por mucho y en el segundo intento ya con más cuidado el resultado fue el mismo, por nada pude rebasar a la 701 casi en línea de meta.

Lo anterior fue interesante y constata el punto del principio, no importan los caballos, sino que también estén trabajados con el chasis y claro la habilidad del que conduce. La Svartpilen a diferencia de la Vitpilen fue una grata sorpresa de manejo, tanto diario como en pista e incluso algo de tierra, los únicos pecados que encontramos fueron que el motor es sediento cuando vas en altas revoluciones, y esta moto te invita a acelerar, por lo que en un viaje largo estarás parando mucho en la gasolinera y por otro el asiento para pasajero bien podría no existir ya que es duro y resbaloso, de hecho, el asiento para el conductor es muy delgado, por lo que un viaje largo también te castigará.

El precio de la unidad probada es de $229,900 pesos, vale el diseño, sí, vale el desempeño, sí, vale la comodidad, sí. No me gustó la poca capacidad de combustible y el característico y “golpeteante” sonido del motor o te acostumbras o te vuelve loco. Gran moto para diferenciarte del resto.

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