Test drive

Manejamos la Chevrolet Cheyenne Midnight Edition 2017

Está limitada a 250 unidades

Manejamos la Chevrolet Cheyenne Midnight Edition 2017

Aún cuando la actual generación de la Chevrolet Cheyenne ya tiene algunos años en el mercado, bastaron unos retoques estéticos para hacer que vuelva a robar miradas en la calle y haga recordar a la gente aquel célebre slogan de hace 10 años...

...¿y la Cheyenne apá?

Y es que mientras la Cheyenne habitual sigue la filosofía de Chevrolet de adornar la carrocería con elementos en cromo, esta edición especial denominada Midnight Edition -Medianoche- transforma esa percepción de lujo en agresividad pura debido a que todos los elementos cromados -parrilla, defensas, biseles de los faros y calaveras, logotipos, rines y molduras- fueron teñidos en color negro. A todo lo anterior se suma la carrocería en negro.

Aunque no existe un trabajo de rediseño o mejoras aerodinámicas, pareciera que vigorizaron a la Cheyenne debido a que por donde pasábamos la mayoría de las personas volteaban a ver el trabajo de personalización realizado en el exterior. Hay que tener en cuenta que la generación que se comercializa actualmente y que lleva el sello “Hecho en México” llegó a nuestro país en 2014.

Ruda, ruda, ruda

Tal vez no se trata de una Ford Lobo Raptor -450 hp-, pero el desempeño que ofrece fuera del camino esta edición especial de la Cheyenne -420 hp y 460 lb-pie asociados a una caja automática de 8 velocidades- es sobresaliente. Y es que como parte del tratamiento de individualización, esta Midnight basada en la versión LTZ recibe el kit Z71. Es así que el andar por caminos agrestes resulta pan comido para esta pick up debido a que equipa amortiguadores más resistentes y con un mayor recorrido, neumáticos todoterreno y rines de 18 pulgadas. Lo anterior combinado con el sistema 4x4 con bloqueo de diferencial trasero permiten que la pick up suba, baje, escale y absorba las imperfecciones del camino que pareciera estuviéramos rodando sobre asfalto.

Claro que con una carrocería de más de cinco metros de longitud y una distancia entre ejes de tres metros, no puede rodar con la misma agilidad que un Jeep Wrangler -285 hp-, sin embargo, este último tampoco tiene una cabina tan enorme y la capacidad de carga que si tenemos en la Cheyenne. Así que hay que sacrificar espacio por agilidad. Lo que sí es un hecho que los límites son menores a diferencia de muchos SUVs e inclusive a la misma Cheyenne sin el paquete Z71.

Faltó el sello Midnight en el interior

No obstante que el espacio interior, la cantidad de lugares para guardar objetos y la tecnología se hace presente en esta Cheyenne Midnight, no hay elementos que hagan alusión a una edición especial como si lo podemos apreciar en el exterior. Tal vez el emblema del corbatín impuesto en el volante en color negro y las molduras con el mismo tono o bien la leyenda Midnight en los asientos, tablero y/o cuadro de instrumentos hubieran venido bien para hacer notar que se trata de una edición especial.

Lo que sobra es equipamiento 

Donde si no hay queja alguna es en nivel de equipamiento. Sin importar que es un vehículo enfocado al off-road lo que sobra son elementos que elevan el confort. Existen asientos en cuero calefactables, quemacocos eléctrico de tres posiciones, volante forrado en cuero, pantalla táctil de ocho pulgadas con navegación Apple CarPlay y Android Auto. Además incluye cámara de visión trasera, Blu-Ray, DVD, audífonos inalámbricos, cargador inalámbrico para teléfonos, cuatro entradas USB, Bluetooth y sistema de audio Bose con seis bocinas y subwoofer.

Precio

Para ser dueño de este todoterreno en toda la extensión de la palabra hay que pagar $982,500 pesos, esto es $278,500 pesos menos que lo que vale la Ford Raptor doble cabina.

 

 

 

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