Test drive

Manejamos la Chevrolet Captiva 2017

Recibe una actualización para mantenerse con vida en un mercado muy demandante.

Manejamos la Chevrolet Captiva 2017

El segmento SUV ha crecido del 14,3 al 27,1% del total del mercado, por lo que la marca necesita un caballito de batalla más moderno. Y es aquí donde aparece esta nueva Captiva, donde el calificativo de “nuevo” suena demasiado generoso para los cambios que la marca aplicó al SUV de tres corridas de asientos. Digamos que estamos en presencia del tercer facelift consecutivo de la Captiva de primera generación.

 

Características técnicas y mecánicas

Lo básico es que la Chevrolet Captiva 2017 sigue arribando desde Corea, y considerando que la plataforma es la misma, las medidas son exactamente iguales al modelo precedente: 4.677 mm de largo, 1.868 mm de ancho, 1.756 mm de alto y 2.707 mm entre los ejes. En ese sentido, mide prácticamente lo mismo que la Santa Fe y la X-Trail, pero es 10 cm más corta que la Sorento.

El diseño del frontal es uno de sus novedades, ya que incorpora una visión más moderna de la conocida cara corporativa de Chevrolet, incluyendo la gran parrilla hexagonal cruzada por una franja metálica que sostiene el logo del corbatín, que en su interior reemplazó la grilla tipo panal por otra de barras cromadas horizontales.

También incluye un nuevo diseño de focos, algo más afilados, y que incorporan nuevas luces LED diurnas, que se replican en los faros traseros. El parachoques fue modificado para darle más protagonismo a la parrilla, y hay llantas bitono y pisaderas iluminadas en las versiones LTZ. Y poco más. Algo cambia el parachoques trasero, pero son detalles que no modifican ni la silueta ni el look general que conocemos de Captiva desde 2007.

Bajo el capó está el mismo motor que conocíamos desde hace años: un turbodiésel 2.2 litros con 181 Hp y 400 Nm de par, unido a una caja automática de seis velocidades y a un sistema de tracción AWD (la gama incluye variantes con motor gasolinero 2.4 litros, con caja mecánica y con tracción delantera).

Si lo comparamos con otras opciones diésel, este motor está bastante por debajo en cuanto a potencia y par.

 

Habitabilidad y confort

La Chevrolet Captiva 2017 mantiene su configuración con siete asientos, pero aumenta el volumen del maletero a 559 litros (con dos filas) para quedar más a tono con sus competidores coreanos.

Las plazas delanteras son muy confortables, aunque los asientos son más bien planos y no afirman el cuerpo como nos gustaría. La visibilidad desde el puesto de conducción es bastante buena pese a que los pilares son anchos.

Las plazas traseras son muy amplias en todos los sentidos, y hasta tres adultos (no tan corpulentos) podrían ir sentados ahí. Como en todos estos modelos, la tercera corrida es sólo para niños, pero ellos van cómodos porque no se va sentado en el suelo como ocurre en otros SUV, sino que cuentan con espacio para poner los pies.

El acceso a estas plazas, reclinando los asientos delanteros, es menos sencillo de lo que podría ser. No ocurre lo mismo con el sistema de guardado de los asientos, que se realiza con mucha facilidad. Un dato no resuelto es dónde dejar el cubre maleta cuando las tres corridas van desplegadas.

Hay siete versiones disponibles de Captiva, cuatro con el motor gasolinero con precios entre $ 15.390.000 y $ 19.990.000, y tres diésel, incluyendo la nueva LTZ automática AWD testeada por Autocosmos ($ 21.490.000). En general son precios más competitivos que los de la competencia, sobre todo en las versiones full.

En materia de seguridad, todas contarán con doble airbag frontal, frenos ABS con EBD y sensor de estacionamiento delantero y trasero, y anclajes isofix para sillas de niños. Como opcionales según la versión quedan los airbags laterales y de cortina, la cámara de retroceso y los asistentes de descenso en pendientes, de estabilidad para remolque, hidráulico de frenado y de partida en pendiente, además de los controles de estabilidad y tracción, y los nuevos sistemas de alerta de tráfico cruzado y de detección de punto ciego.

Uno de los mayores cambios en esta nueva actualización de Captiva es el rediseño del panel central, donde se incorpora una nueva radio con pantalla táctil de 7″ y el sistema MyLink de segunda generación, que ahora cuenta con compatibilidad para Google Android Auto y Apple Car Play. Ambos sistemas permiten utilizar las aplicaciones del teléfono a través de la pantalla del auto, consiguiendo una interfaz más intuitiva y fácil de usar.

Este sistema, de serie en el modelo, incluye bluetooth manos libres, puertos USB, ocho parlantes (seis en las versiones de entrada), y tomas de 12v en la primera y segunda fila, y en la zona de carga.

En cuanto a confort, todas las Captiva vienen con aire acondicionado o climatizador bizona, vidrios y espejos eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia, freno de mano eléctrico, computador a bordo, mandos de la radio en el volante, llantas aro 17, neblineros y barras en el techo.

Nuestra versión tope de gama agrega tapiz de cuero, sunroof, llantas de 19”, smart key con botón de partida, asientos delanteros con ajuste eléctrico y calefaccionados, y sensor de lluvia.

 

Impresión de manejo

No hay grandes diferencias entre esta nueva Captiva y la anterior en cuanto a manejo, básicamente por los cambios estuvieron en lo estético y en equipamiento.

Aún así hay cosas que destacar en este SUV, y eso es el buen desempeño que tiene este motor 2.2 TD, que si bien no es el más silencioso del mercado (en eso está a años luz de los bloques diésel franceses y alemanes), brinda sensaciones de aceleración y respuesta de gran nivel.

Son 181 caballos de fuerza y se sienten cada uno de ellos. El par es grande, 400 Nm entre 1.750 y 2.750 rpm, lo que permite mover esta mole de 2.452 kilos en un abrir y cerrar de ojos (es bastante más pesada que sus competidoras). Lo sorprendente es que no se siente el turbolag, y eso es mérito de la transmisión, que la percibo más viva y rápida de respuesta que en la Captiva 2012 que pude probar hace unos años.

Sobre las 3.700 rpm comienza a decaer la entrega, por lo que se sugiere mantener la aguja del tacómetro en el rango de las dos mil vueltas, que es donde se percibe más consistente y agradable de manejar.

El consumo, sin embargo, no es del todo satisfactorio. En nuestro recorrido urbano nos dio 8,5 km/litro, mientras que en carretera a 120 km/h anduvimos en torno a las 13 km/h. Comparativamente no es muy distinto a lo que ofrecen los Santa Fe y Sorento diésel, aunque ellos somn más poderosos. Pero si se compara con una opción de siete plazas como el Citroën Grand C4 Picasso, su rendimiento muy pobre.

La Chevrolet Captiva siempre ha tenido un andar cómodo, con un enfoque puesto en el confort. Así, los recorridos de su suspensión son largos y evidentemente hay rolido de carrocería en curvas, pero nunca sentí alguna duda respecto del modelo. Se afirma muy bien, dobla  mucho y transmite seguridad, lo que es muy bueno en este tipo de SUV grandes y con el centro de gravedad elevado.

La dirección está bien asistida, pero no es rápida ni tan directa como nos gustaría. Aún así me gusta más que en otros modelos similares.

 

Conclusiones

La nueva Chevrolet Captiva 2017 ofrece los mismos atributos que la han hecho uno de los SUV favoritos. Es amplia por dentro, está bien construida y usa correctos materiales, pero está menos lograda que Santa Fe, Sorento y X-Trail en cuanto a percepción de calidad.

Tiene un gran motor diésel, que responde bien a las exigencias, pero está lejos del ser el más potente y económico. Ofrece un andar muy satisfactorio en términos generales, y ahora moderniza su look exterior, algo que le lloraba desde hace rato, pero sigue viéndose más vieja que sus rivales asiáticos.

Lo mejor, sin lugar a dudas, en la inclusión del nuevo sistema de infoentretenimiento de serie, y ahí sí saca ventajas significativas. Porque en estos tiempos híper conectados, el MyLink de Chevrolet hace diferencias.

Y por si fuera poco, es la mejor relación precio/equipamiento.

 

Marcelo Palomino recomienda