Test drive

Manejamos el BMW M2 2016

El mejor BMW de la actualidad

Manejamos el BMW M2 2016

Antecedentes

El BMW M2 es uno de los vehículos más esperados y anticipados por parte de la firma alemana en los últimos tiempos, y es que su predecesor, el 1M Coupé tomó por sorpresa a propios y extraños en el 2011, convirtiéndose de inmediato en uno de esos productos motivo de culto por parte de los entusiastas. Ya que además de atractivo y poderoso, la producción fue muy limitada.

El 1M Coupé tomó prestados algunos componentes mecánicos de su hermano mayor el M3 de aquel momento y estaba planeado para una producción de apenas 2,700 unidades, pero debido a la increíble aceptación que tuvo, la firma bávara la incrementó hasta las 6,309 unidades, dejando aun así, una gran cantidad de compradores insatisfechos.

El M2 recurre a esa misma fórmula, toma algunos elementos de los M3/M4 actuales, sin embargo es un vehículo más simple, más mecánico y menos pretencioso. En una palabra, más crudo.

Características técnicas y mecánicas

Ya mencionaba anteriormente que el M2 toma varios de componentes de los M3/M4 tales como: elementos de la suspensión, diferencial, sistema de frenos (de 15 pulgadas adelante y 14.5 atrás) o los rines de 19” y evidentemente debido a que no caben en un Serie 2 común, el resultado es un vehículo más ancho que el Serie 2, 53 mm adelante y 78 mm atrás para ser exactos.

El seis en línea turbo no es en realidad un motor concebido por BMW M Motorsport, con la salvedad de que hereda pistones y cojinetes del motor empleado en el M4, la potencia se ubica en los 365 hp y 343 lb-pie de torque (369 con overboost). Misma que es enviada al eje trasero vía una caja M DCT de siete velocidades, un aspecto a destacar es que la curva de torque es completamente plana desde las 1,450 y hasta las 4,750 vueltas.

Es menester resaltar que pese a ser 210 mm más corto y 15 mm más angosto que el M4, el M2 apenas 45 kilos más ligero. Con una masa de 1,587 kilos, el M2 no es precisamente ligero,  bien podríamos decir que es como un Pitbull; luce, atlético, imponente y poderoso, pero liviano no.

Adicionalmente, BMW dotó a nuestro M2 de prueba con una serie de accesorios que mejoran su ya de por sí temible apariencia, destacan: la parrilla negra ($5,358 pesos), difusor posterior de fibra de carbono ($22,026 pesos), carcasas de los espejos en fibra de carbono ($5,141 pesos), alerón de fibra de carbono ($11,951 pesos), estribos de fibra de carbono ($22,000 pesos), así como por último y a manera de plato principal un sistema de escape de titano con puntas también de fibra de carbono que se ve increíble, tanto que bien podría adornar la pared de mi casa ($50,516 pesos).

Confort

La realidad es que el interior del BMW M2 decepciona un poco, y es que a diferencia de su hermano mayor el M3/M4, los insertos no son de fibra de carbono genuina, en su lugar tenemos una aplicación plástica que pretende emular dicho material y que francamente no lo logra.

En términos de equipamiento de conveniencia ofrece lo necesario si consideramos su precio, tenemos climatizador automático bizona, navegador, interfaz Bluetooth para teléfonos móviles y sistema i-Drive con reconocimiento de escritura.

Por su parte, los asientos forrados en cuero negro (único color disponible) y que cuentan con pespuntes en color azul ofrecen buena sujeción, pero se encuentran a años luz en cuanto a calidad percibida si los comparamos con los del M3 por citar un ejemplo.

 

Manejo

Había mencionado anteriormente que el M2 es un vehículo menos pretencioso y crudo, la razón es porque básicamente es mucho más analógico y con menos electrónica que el resto de la familia M actual.

Lo anterior de alguna manera podría percibirse como algo negativo, pero no lo es, de hecho es completamente al contrario y es lo que lo define en el mejor BMW del mercado. De alguna manera esto hace que el M2 nos remita al manejo de los M3 de antaño (por lo menos al M3 E46 que fue el primero que pude manejar), ya que es divertidísimo, bronco, ágil y transmite de manera intensa todo lo que sucede; ya sea entre el piso y las llantas, el trabajo de los componentes mecánicos, o bien la comunicación entre conductor y auto.

La transmisión M DCT de doble clutch y siete velocidades es excepcional, aunque también está disponible una caja manual que de hecho es la opción por default y aunque es verdad que muchos puristas preferirán la opción de tres pedales (yo incluido), la comodidad que ofrece la variante automática en condiciones de tránsito intenso, el hecho de que es más rápida para efectuar los cambios que cualquier ser humano y entrega mejor eficiencia de combustible, son argumentos difíciles de rebatir.

Por su parte, el ajuste de suspensión es duro y a diferencia de otros M no es posible modificarla electrónicamente. Es decir, aquí los resortes y amortiguadores son especiales para el M2 y tienen un setting muy firme. Asimismo, el motor es el N55 que encontramos en el M235 pero con 39 hp y 47 lb-pie adicionales.

El resultado es espectacular, las cifras son las mismas que en el M4 que se traduce en un 0 – 100 km/h en 4.5 segundos, es en verdad rápido y al mismo tiempo dramáticamente más divertido.

El M2 no cuenta con los botones en el volante M1 y M2 como otros vehículos M, tampoco tenemos los controles para modificar por separado y a placer el comportamiento de Dirección, Suspensión, Transmisión y respuesta del Motor. Y ninguno de estos elementos resultan indispensables, puesto que tenemos un motor rabioso, un chasis perfectamente bien calibrado y unos inmensos e incansables frenos.

Si hay algo que podemos criticarle mucho, es que no cuenta con medidor de temperatura del motor, algo imperdonable en un vehículo que es seguro, sufrirá un trato nada piadoso en las pistas.

Conclusión

Es cierto que el motor del M2 no fue desarrollado por BMW Motorsport y que prácticamente todos los componentes que lo hacen el genial deportivo que es son heredados del M4, también lo es que no cuenta con todos esos ajustes electrónicos que sus hermanos mayores y por si fuera poco que los interiores quedan a deber. Sin embargo no me queda la menor duda que es el BMW más atractivo del momento, a ojos cerrados este sería el ejemplar bávaro que compraría.

Y la razón es que todos esos artilugios tecnológicos que no incorpora debido a la necesidad de no incrementar demasiado los costos, le confieren un carácter único y muy bronco.

BMW en su afán (muy justificado, hay que decirlo) de mantener las distancias del M2 con el M4, concibió un vehículo excepcional, uno que dudábamos que fuera capaz de fabricar en esta era, en que sus mejores vehículos se han llenado de electrónica.

 

BMW M2 2016 a prueba

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