Test drive

Probamos el Audi TT 2016

Ya está disponible.

Probamos el Audi TT 2016

Hace muy poco tiempo Audi develó en México la tercera generación del TT, si quieres conocer la información detallada de precios y especificaciones te invitamos a verlo aquí.

Antes de reseñar las primeras impresiones de manejo con el modelo intermedio de la gama de tres que ofrece la firma en nuestro país, demos una rápida mirada al origen y los antecedentes de este modelo.

Antecedentes

El TT nace de la creatividad del equipo de diseño de Audi encabezado por Jay Mays y comandado por Freeman Thomas y Peter Schreyer en 1995. Las líneas del nuevo deportivo de la marca de los cuatro aros reinterpretaban el estilo de aquellos Auto Unión de competencia que se hicieran famosos en la Preguerra y que sus líneas básicas y limpias evocaban claramente el estilo funcionalista Bauhaus.

Tras tres años de estudios e investigación Audi devela la primera generación del TT, cuyo nombre TT –Tourist Trophy- hace referencia a la mítica carrera de motocicletas que se corre en la Isla de Man desde 1907.

La primera generación se denominó internamente Typ 8N y se fabricó sobre la plataforma del Grupo VAG denominada PQ34, se produjo de 1998 al 2006. La segunda generación, el Typ 8J se presentó en el 2006 y estuvo disponible hasta el 2014, fue obra de Walter de Silva y se construyó sobre la plataforma compartida VAG PQ35. La tercera generación, que es la que hoy nos ocupa se denomina Typ 8S y es obra de Jürgen Löffler, quien utilizó la plataforma MQB (Modularer Querbaukasten) del grupo VAG con modificaciones para construir el nuevo TT que nos presenta una combinación de probadas mecánicas con innovaciones tecnológicas que son un parte aguas en la industria automotriz.

La versión que nos tocó evaluar por un par de cientos de kilómetros es la intermedia, que Audi denomina TT 2.0l TFSI Line y cuyo precio es de 829,900 pesos.

Empecemos por la parte conocida, las especificaciones, si bien ya comentamos que está construido sobre una variante de la MQB, que alberga la mecánica –ya tradicional en Audi- que recurre a un motor de cuatro cilindros, turbocargado que nos entrega 230 hp de poder a 6,200 rpm y una fuerza de torque de 273 Libras-pie en el rango comprendido entre las 1,600 a 4,300 rpm. El motor está acoplado a una transmisión S-Tronic (robotizada) de seis velocidades, de accionamientos manual con paletas de cambio en el volante o completamente automática. El sistema de tracción es quattro, que hace las delicias del conductor en una ruta sinuosa.

¿Qué nos ofrece nuevo el TT?

Esta tercera generación fue develada en el marco del Salón de Ginebra en 2014, su producción empezó en agosto de ese mismo año y si bien el diseño es innovador, el alma del nuevo TT está en sus interiores y en las tecnologías que ofrece y que analizaremos una por una.

El TT es el primer modelo de la marca de los cuatro aros en portar el cuadro de instrumentos denominado Multi Media Interface On Audi Virtual Cockpit, presentado por la marca en el CES 2014 y aquí explicamos de que se trata. Audi decidió –como lo han hecho ya algunas marcas- sustituir el cluster de indicadores análogos por una pantalla completa, es decir en donde antes se encontraban un par de relojes que servían para medir velocidad de desplazamiento y rango de giro del motor, hoy no encontramos nada. Al presionar el botón de arranque, aparece ante nuestros ojos un paquete grafico de alta resolución en la pantalla de 12.3 pulgadas, en donde –aunque no lo crean- lo menos importante son los kilómetros por hora y las rpm del motor, que si están presentes en las gráficas, pero en pequeños círculos en las esquinas inferiores del display rectangular. 

El conductor puede configurar a su gusto y conveniencia la información que quiere ver, y gracias a la combinación de comandos con el botón ubicado en el volante o mediante la manipulación del MMI (Multi Media Interface) se puede cambiar de forma paginada para que de una sola mirada podamos enterarnos de información como: consumo de combustible, la selección de manejo que hayamos elegido en el Audi Drive Select y además de la selección musical que preferida, sea reproducida vía Bluetooth desde nuestro teléfono inteligente o previamente cargada en una tarjeta SD. El Virtual Cockpit tiene la ventaja que al usar el navegador, el mapa se despliega en casi todas las 12 pulgadas mencionadas, haciendo su consulta más clara y con menos distracción para el conductor.

La pantalla no es táctil, pero para navegar a través de los menús se utiliza el mencionado comando MMI –localizado en la consola central- que además viene dotado con la función Touch, en donde el conductor puede literalmente escribir letra por letra con el dedo e introducir una dirección, o bien alimentar al sistema con un número telefónico.

El diseño interior es sumamente limpio, una de las cosas que cambió radicalmente es la disposición de los mandos del aire acondicionado, ya que los controles están localizados en cada una de las ventilas localizadas en la zona central del tablero, una gran aportación que para su realización hizo uso de mayores recursos creativos que cañonazos de dinero. Para completar la experiencia a bordo, el TT está dotado de un sistema de audio firmado por Bang & Olufsen.

¿Qué más nos ofrece en el ámbito tecnológico de vanguardia?

Los sistemas de iluminación del TT son completamente Full LED, las luces principales se componen de dos fases, las luces diurnas, compuestas por un par de tiras de diodos emisores de luz por faro y la iluminación principal, que corre a cargo de una Matriz de leds, la óptica trasera recurre también al uso masivo de Leds en todas sus funciones, resaltando la tercera luz de freno, que se aloja discretamente bajo el alerón retráctil de la cajuela y que estando apagado es prácticamente imperceptible.

Tras el volante

La tercera generación del TT es 50 kilos más ligera que su predecesor, los pesos para el modelo 2016 oscilan entre los 1,230 kilos para la versión de entrada y 1,425 kg para el tope de gama que ofrece tracción quattro y sistema de suspensión Audi Magnetic Ride. Nuestra versión de prueba como ya lo mencionamos es la intermedia, que ofrece tracción quattro, pero no la suspensión magnética.

La relación peso potencia es muy buena, el talante es natamente deportivo, pero la comodidad es similar a la de un A4, por ejemplo para acceder al vehículo no hay que hacer ningún acto de contorsionismo, un buen detalle de diseño es que pese a sus proporciones de auto deportivo, los asientos no están colocados muy abajo y eso se agradece.

El comportamiento es muy bueno, la aceleración es constante y los cambios de velocidad muy oportunos, si optamos por la conducción totalmente automática los cambios se harán en la zona de máximo torque y la caída de revoluciones es prácticamente nula, entre cambio y cambio se escucha por el tubo de escape ese sonido que la los “cocheros” nos gusta mucho, un característico “PRRR”, “PRRR” que nos indica el funcionamiento de la válvula liberadora de presión del turbo.

El sistema de tracción quattro permite llevar ritmos ilegalmente elevados en zonas muy sinuosas al tiempo que el control que el conductor percibe es total, invitando a acelerar más a la salida de cada curva, en donde el “rolling” de la carrocería es prácticamente inexistente.

El consumo puede ser un verdugo de nuestras carteras si es que decidimos sacar al piloto que vive en nuestros corazones, el indicador de nivel de combustible nos lo hará saber inmediatamente. Si bien el TT entrega poder y aceleración prácticamente en toda la banda de torque, el precio a pagar por esa diversión es alto, ya que los consumos son elevados. En cambio, si conducimos de una forma menos agresiva y no abusamos demasiado del acelerador los consumos pueden ser mucho más decentes.

Conclusión

El TT es un gran deportivo, sin tener las pretensiones –ni el precio- de un gran pura sangre, una buena opción para aquel que busque un vehículo personal que pueda usar todos los días para ir al trabajo, al supermercado o a un track day, con un balance equilibrado entre desempeño y “usabilidad”.

Por ejemplo un detalle que nos llamó la atención, pese a lo bajo de su carrocería no pegó en ningún tope, y eso también se agradece. 

Alejandro Konstantonis recomienda