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Porsche FLA, el auto indestructible

En los setentas, la firma de Stuttgart ideó un auto que podría durar para siempre

Porsche FLA, el auto indestructible

No, no se trata de un American Motors, en realidad es un Porsche, diseñado para funcionar prácticamente sin mantenimiento por lo menos 30 años, incluso en las condiciones más adversas.

En 1973 se realizó un estudio que decía que para el Siglo XXI ya no se podrían conducir autos en el mundo dada la escasez de materias primas y otras presiones medioambientales. En Porsche se tomaron muy en serio esta información, tanto así que asignaron una buena cantidad de recursos e ingenieros para desarrollar un vehículo denominado Forschungsprojekt Langzeit Auto (nombre corto FLA), cuya traducción sería Proyecto de Investigación de Autos a Largo Plazo.

A diferencia de los atractivos deportivos a los que nos tiene acostumbrados Porsche y olvidándonos del proyecto C88 que era la visión de un vehículo económico para los chinos y que por cierto es muy posterior a este desarrollo, el Porsche FLA es un hatchback compacto poco agraciado estéticamente sí, pero con algunas propuestas muy interesantes.

El motor era un bóxer de seis cilindros y 2.5 litros de desplazamiento que entregaba apenas 75 Hp de fuerza en un rango de 3,500 rpm. La idea era que trabajara a un régimen bajo que sometiera sus componentes al menor estrés posible y de paso fuera eficiente en el consumo de combustible. Para minimizar el desgaste tan variable al que puede ser sometida una transmisión manual, en virtud de que los hábitos de manejo de una persona pueden cambiar drásticamente la durabilidad de un clutch por ejemplo, los ingenieros de Porsche dotaron a este vehículo de una caja semi automática de tres velocidades cuyo convertidor de par prácticamente no se desgastaba, asimismo tenía unos inmensos depósitos de aceite para permitir largos periodos de uso entre una renovación y otra.

Los filtros de gasolina y aire eran de alta eficiencia, mientras que el sistema de enfriamiento estaba diseñado para permitir que el motor alcanzara su temperatura óptima de funcionamiento muy rápido. El cableado tenía un diseño que permitía fácilmente reparar o reemplazar algún componente y los conectores eran de plata, mientras que los ductos fueron fabricados en aluminio en lugar de cobre gracias a la facilidad para el reciclaje.

Para la carrocería, Porsche pensaba en utilizar materiales que fueran durables, libres de corrosión y fáciles de reciclar tales como: aluminio o acero inoxidable.

El Porsche FLA debutó en el Autoshow de Frankfurt de 1973 y prácticamente pasó de ahí directamente al Museo de Porsche en virtud de que fabricarlo era prohibitivamente costoso. Asimismo, al paso del tiempo resultó que la preocupación por la disponibilidad de materiales no ha sido tanto el reto para la industria automotriz, como sí lo ha sido el asunto del cada vez más escaso petróleo.

De cualquier manera, el FLA sirvió para que Porsche empezara a aplicar algunos de los conocimientos obtenidos en este proyecto en sus autos de calle, por ejemplo, en 1975, dos años después de su presentación la firma empezó a galvanizar el 911.

 

 

 

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